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viernes, 7 de febrero de 2014

“Mientras no se nacionalice, no pagamos la energía eléctrica”

Fuente: www.alainet.org
No es que no queremos pagar la luz. Ya no podemos pagar. Últimamente las facturas venían con cobros hasta de 5 mil y 10 mil quetzales. Por eso decidimos desconectarnos de la empresa y conectarnos directamente hasta que se nacionalice la luz (…)”, indica don Eusebio García, abuelo maya campesino en resistencia por la nacionalización de la energía eléctrica, en Jalapa, Guatemala.

Si hasta hace algunos años atrás, el manipular un medidor (contador) domiciliario de la energía eléctrica era casi un pecado capital. Un verdadero atentado autocensurado contra la propiedad privada (de la empresa distribuidora de energía). Ahora, aquel miedo es sólo un recuerdo para los cientos de comunidades en resistencia en la Guatemala empobrecida. Un país en el que el 75% de sus habitantes aún cocina con leña sus alimentos, según el Ministerio de Energía y Minas, 2013.[1]

La privatización de la distribución de la energía eléctrica, y el subsiguiente encarecimiento exacerbado del kilovatio hora de electricidad, sin mejoras en el servicio, terminó liquidando la paciencia casi estoica de indígenas mayas (a quienes la energía eléctrica los empobreció aún más). Según el Banco Mundial, para el 2010, el 20% de guatemaltecos no tenía acceso a la energía eléctrica.[2]  Leer más...

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