Uno de los mayores obstáculos a la hora de ahorrar energía eléctrica en casa es que el consumo eléctrico es invisible a simple vista, y lo es más de lo que parece.
De hecho casi nadie sabría calcular en un momento dado cuánta electricidad está consumiendo. Ni si está consumiendo más de lo imprescindible. Ni qué medidas puede tomar para reducir ese consumo que no suponga vivir a oscuras.
Por ejemplo, es bastante habitual dejar algo pequeño enchufado porque se presume que consume poco o que está apagado o «en reposo», y en cambio limitar el uso de algún aparato eléctrico más grande, como un aire acondicionado, al que se le presupone un gran consumo.
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